Septiembre es un mes de comienzos. En Alameda Studio, como cada año, muchos alumnos vuelven a clase después del verano, otros vienen por primera vez y algunos nos escriben con dudas, buscando mejorar su salud y bienestar a través del Pilates. Y como nos gusta compartir lo que sabemos y lo que aprendemos, hoy queremos hablar de un tema muy habitual que a menudo pasa desapercibido: el equilibrio.
Quien nos conoce ya sabe que no nos limitamos a enseñar ejercicios. En nuestro centro buscamos siempre ir un poco más allá: entender el cuerpo, respetarlo, cuidarlo y fortalecerlo. También nos gusta publicar artículos con base científica que puedan ser de interés general, no solo para nuestros alumnos, sino para cualquier persona que quiera saber más sobre su propio cuerpo.
En este artículo vas a descubrir por qué tantas personas sienten que han perdido el equilibrio, cuáles son las causas reales (que no siempre están en el oído) y cómo el método Pilates puede ayudarte a recuperar no solo la estabilidad, sino también la confianza al moverte y la autonomía en tu día a día, sea yendo a hacer la compra, caminando por el Paseo de Pereda, subiendo alguna de las cuestas de Santander o caminando por alguna de las muchas rutas de nuestra tierruca.
- ¿Qué es el equilibrio y por qué lo perdemos?
- Causas del desequilibrio: más allá del oído
- El equilibrio no es solo cosa de vértigos
- Lo que Pilates propone (y lo que no)
- Un apunte sobre la respiración
- ¿Qué dice la evidencia?
- Cómo lo trabajamos en Alameda Studio (Santander)
- Propuesta de progresión en clases privadas (12 semanas)
- Mini-rutina en casa (10–12 minutos)
- ¿Y si mi inestabilidad viene del cuello?
- Preguntas frecuentes
- Otros contenidos que te pueden ayudar
- Conclusiones: autonomía, no dependencia
- ¿Y si empezamos hoy?
- Fuentes y referencias
¿Qué es el equilibrio y por qué lo perdemos?
El equilibrio es la capacidad del cuerpo para mantenerse estable tanto en reposo como en movimiento. Parece algo simple, pero en realidad es el resultado de una interacción compleja entre el oído interno (sistema vestibular), la vista, la propiocepción (la percepción de la posición del cuerpo en el espacio), el sistema nervioso central y la fuerza y el control musculares.
Cuando alguna de estas piezas se altera —o cuando varias funcionan “a medio gas”— aparecen la inestabilidad, la torpeza, la inseguridad al caminar, los tropiezos o incluso caídas. Con la edad, además, aumenta el riesgo de caídas y de lesiones asociadas; por eso conviene trabajar fuerza de piernas, control postural y reflejos de corrección.
Pero perder equilibrio no es sinónimo de hacerse mayor. Tampoco es irreversible. Y, por supuesto, no siempre tiene que ver con vértigos.
Importante: este artículo es solo informativo. Si experimentas vértigos frecuentes, caídas inexplicables, pérdida de audición, visión doble, nistagmo (movimiento involuntario de los ojos) o cualquier síntoma neurológico, es fundamental acudir al médico antes de iniciar un programa de ejercicio. El Pilates puede ser un excelente complemento, pero nunca sustituye la valoración ni el tratamiento sanitario adecuado.
Causas del desequilibrio: más allá del oído
Cuando alguien dice “pierdo el equilibrio”, solemos pensar en un problema del oído interno. El sistema vestibular es clave, sí, pero no es el único implicado. Conviene mirar el cuadro completo:
- Trastornos vestibulares: vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), laberintitis, enfermedad de Ménière, neuritis vestibular.
- Problemas cervicales: tensión, artrosis, latigazos o disfunciones de la columna cervical pueden provocar mareo cervicogénico (inestabilidad difusa más que vértigo rotatorio).
- Pérdida de fuerza y control: sin fuerza suficiente en piernas, caderas, tronco y pies, el cuerpo no corrige bien los microdesequilibrios; si además falta control neuromotor, la inestabilidad aumenta.
- Visión, sistema nervioso y fármacos: cataratas, neuropatías periféricas, sedantes, hipotensión, ansiedad, inactividad, entorno poco iluminado o suelos resbaladizos.
A menudo no hay vértigo como tal. Lo que hay es una sensación difusa de inestabilidad (“no me fío de mi cuerpo”), que termina limitando la actividad y el ocio… y eso empeora el problema porque perdemos fuerza, movilidad y reflejos.
El equilibrio no es solo cosa de vértigos
En el día a día del estudio vemos perfiles muy diversos: personas que se tambalean al girar, que bajan escaleras mirando al pasamanos por si acaso, que evitan adoquines o rampas porque “me siento inseguro”. La mayoría no presenta una patología vestibular clara, sino una combinación de debilidad muscular, rigidez y falta de control del movimiento. Es decir: lo que parece “médico” muchas veces es un problema de entrenamiento.
La buena noticia es que eso se puede trabajar.
Lo que Pilates propone (y lo que no)
Aclaremos algo importante. Pilates no es una terapia ni pretende sustituir un tratamiento médico. Es un sistema de entrenamiento físico completo, desarrollado por Joseph Pilates, que busca economía, control y precisión del movimiento. No “trabaja solo el core”, aunque el centro tenga un papel relevante: el método integra todo el cuerpo y educa el movimiento.
- Fuerza global: piernas, brazos, glúteos, espalda, cuello y pies. En clase de Pilates suelo esto se aborda con bases estables y progresiones seguras.
- Control del movimiento: precisión, coordinación y ritmo, con apoyo de máquinas como el Reformer y el Cadillac.
- Consciencia corporal: saber dónde está tu cuerpo y cómo se mueve.
- Respiración funcional: que acompaña y potencia el gesto (más en respiración consciente y en 10 trucos para mejorar tu respiración).
- Alineación postural: para evitar compensaciones y sobrecargas.
Todo esto hace que el cuerpo reaccione mejor ante pequeñas perturbaciones (un resbalón, un tropiezo, un empujón en la calle, una acera irregular) y recupere antes la vertical.
Un apunte sobre la respiración
En Pilates la respiración no es un detalle accesorio: es parte esencial del método. Trabajamos con lo que se llama respiración lateral costal, que consiste en dirigir el aire hacia los costados y la parte posterior de las costillas en lugar de hinchar el abdomen hacia delante.
Esto tiene varias ventajas:
Activa el centro sin bloquear el diafragma: al mantener el abdomen ligeramente recogido, se activa la faja abdominal profunda (transverso, multífidos, suelo pélvico), lo que proporciona una base sólida de sostén.
Favorece la estabilidad lumbopélvica: esa activación interna actúa como un cinturón natural que protege la zona lumbar y la pelvis en cada movimiento.
Mejora el control del equilibrio: al estabilizar el tronco desde dentro, los movimientos de brazos y piernas resultan más seguros y precisos.
Aumenta la consciencia corporal: aprender a dirigir la respiración a zonas específicas del tórax mejora la propiocepción y ayuda a conectar mente y cuerpo.
En la práctica, esto significa que cada inhalación y cada exhalación acompañan al movimiento, reforzando la sensación de control y fluidez. No es solo “respirar bien”: es respirar para moverse mejor, algo que se traduce directamente en más estabilidad y equilibrio en la vida diaria.
¿Qué dice la evidencia?
- El ejercicio con énfasis en equilibrio y funciones (levantarse, girar, caminar, cambios de apoyo) reduce el riesgo de caídas en mayores que viven en la comunidad.
- En cuanto a Pilates, las revisiones sistemáticas muestran mejoras en equilibrio estático y dinámico en población adulta y mayor.
- Para traducir mejora de equilibrio en menos caídas se necesita constancia y seguimiento; por eso trabajamos programas de varias semanas con progresiones claras.
Cómo lo trabajamos en Alameda Studio (Santander)
No aplicamos una receta estándar. Evaluamos, planificamos y progresamos, ya sea en grupos de suelo, en clases con aparatos o en sesiones privadas, según tus necesidades específicas. En los casos más serios siempre optaremos por clases individuales y totalmente personalizadas.
Evaluación inicial
- Historia de movimientos: ¿cuándo te sientes más inestable?, ¿hay miedo a caer?, ¿episodios previos?
- Movilidad y control: tobillo, rodilla, cadera, columna torácica y cervical.
- Patrones de apoyo: pie (dedos/mediopié/talón), valgo de rodilla, asimetrías.
- Pruebas sencillas (no diagnósticas): unipodal, tándem, giro, levantarse sin manos.
Si detectamos signos compatibles con trastorno vestibular (vértigo rotatorio claro, nistagmo, episodios posicionales), recomendamos valoración médica antes de continuar con trabajo específico.
Base de fuerza y control del tronco
- Respiración lateral costal + activación del centro.
- Puentes y variantes (suelo/Reformer) para glúteos y cadena posterior.
- Trabajo de cadera (abducción, rotación externa) para estabilizar rodilla y pie.
- Control de escápulas y columna torácica para orientar el tronco.
Pies y tobillos: el “primer soporte”
- Movilidad de dedos, arco y calcáneo.
- Fortalecimiento intrínseco (short foot), elevaciones de talón controladas, equilibrios con apoyo reducido.
- En máquinas: footwork en Reformer con distintos apoyos, cuidando alineación.
Entrenamiento del equilibrio (progresivo)
- Estático: apoyo unipodal, tándem, ojos abiertos/cerrados cuando proceda.
- Dinámico: cambios de base, alcances con brazos, giros.
- Unilateral: una pierna/un brazo para activar correcciones automáticas.
- Planos: sagital, frontal y transversal, con rotaciones fluidas.
- Bases inestables (bosu, foam roller, pelota) solo cuando la base sólida está asentada.
Transferencia a la vida real
Podemos simular tareas diarias: girar para mirar atrás, agacharse a recoger algo, subir/bajar peldaños, caminar con cambios de ritmo. Si haces senderismo por Cantabria, practicamos apoyos variables y cambios de ritmo que encontrarás en ruta.
Propuesta de progresión en clases privadas (12 semanas)
Semanas 1–4: encender luces
- 2 sesiones/semana (suelo o mixto con aparatos).
- Respiración lateral costal + control lumbopélvico.
- Pies y tobillos: movilidad y fuerza básica.
- Equilibrio estático simple (apoyos, tándem).
- Cadera y glúteo medio (bandas).
Semanas 5–8: mover con intención
- 2 sesiones/semana según disponibilidad.
- Alcances, giros y cambios de base.
- Unilateralidad clara (zancadas, step-ups, trabajo controlado en Reformer).
- Variabilidad: superficies y ritmos distintos.
Semanas 9–12: transferir y mantener
- Más tareas y contextos (escaleras, bordillos, rampas).
- Mayor exigencia neuromotora (ritmo, coordinación, atención dividida).
- Rutina de mantenimiento en casa (10–15 minutos, 3 días/semana). Puedes apoyarte en Pilates en casa.
Mini-rutina en casa (10–12 minutos)
- Respiración lateral costal (2’): inspirar abriendo costillas hacia los lados; exhalar largo con ligera activación del centro.
- Pies despiertos (2’): elevaciones de talón controladas (2×12), short foot suave (2×8), movilidad de dedos.
- Equilibrio unipodal (2’): 2×30–40 s por pierna; cuando sea estable, añadir alcances cortos con la mano contraria.
- Zancada corta (2’): paso atrás corto, controlando pelvis y tronco (2×8 por lado).
- Giros suaves (2’): giros de 90º y 180º alternando lados, respiración fluida y mirada al horizonte.
Si estás empezando, echa un ojo a Pilates para Principiantes.
¿Y si mi inestabilidad viene del cuello?
No siempre el equilibrio depende del oído. A veces, los problemas cervicales también juegan un papel.
Si notas dolor en el cuello, rigidez o sensación de “cabeza pesada”, es posible que exista un componente cervicogénico, es decir, que la inestabilidad tenga su origen en la zona cervical.
En esos casos, solemos trabajar con varios enfoques combinados:
Movilización suave torácica y cervical: pequeños movimientos controlados que ayudan a liberar tensión, mejorar la movilidad de las vértebras y reducir la rigidez.
Reeducación sensorimotora: ejercicios que coordinan la mirada con los movimientos de la cabeza para “reentrenar” al sistema nervioso y mejorar la estabilidad.
Fortalecimiento progresivo de flexores profundos del cuello y de la zona escapular: músculos que sostienen la cabeza y estabilizan los hombros, esenciales para que no haya sobrecargas.
Integración con equilibrio dinámico: incorporar estos avances en movimientos funcionales, de pie y en desplazamiento, para que el cuerpo recupere seguridad en la vida diaria.
Eso sí: si además aparecen síntomas de alarma como vértigo rotatorio intenso, pérdida súbita de audición, visión doble, desmayos o movimientos anormales de los ojos (nistagmo persistente), recomendamos siempre acudir al médico para una valoración completa.
Preguntas frecuentes
¿Necesito máquinas para mejorar el equilibrio?
No es imprescindible, pero ayudan. El Reformer y el Cadillac permiten graduar dificultad y dar feedback claro.
¿Cuándo notaré cambios?
Muchas personas refieren mejor control a partir de la semana 6–8 si entrenan dos veces por semana.
¿Puedo entrenar si tengo miedo a caer?
Sí, y es recomendable. Empezamos desde bases seguras, con apoyos y progresiones graduales.
¿Pilates reduce caídas?
Pilates mejora el equilibrio; para traducirlo en menos caídas hacen falta programas constantes y de cierta duración. Por eso integramos fuerza + equilibrio + práctica funcional.
Otros contenidos que te pueden ayudar
- Sarcopenia: cómo el Pilates puede ayudarte a mantener tu autonomía (la pérdida de masa muscular también afecta al equilibrio).
- Envejecimiento activo y Pilates.
- Pilates para el dolor de espalda en Santander (equilibrio, control postural y dolor se conectan).
- Entrenamiento con Power Plate en personas de edad avanzada (otra herramienta de trabajo de fuerza y equilibrio).
Conclusiones: autonomía, no dependencia
El equilibrio no es solo “no caerse”. Es caminar con seguridad, subir y bajar escaleras sin mirar al suelo, girar sin dudar, cruzar un paso de cebra con confianza o pasear por la costa sin pensar en cada piedra. Eso mejora la calidad de vida de verdad.
En Pilates no trabajamos solo “para que no te caigas”. Trabajamos para que te sientas con fuerza, capacidad, establilidad y autonomía. Porque un cuerpo que se mueve bien, vive mejor.
El equilibrio no se recupera solo en el oído.
Se entrena en todo el cuerpo.
Y eso es exactamente lo que trabajamos aquí, cada día, en Alameda Studio.
¿Y si empezamos hoy?
Si te has sentido identificado con lo que contamos, dar el paso hacia tu primera visita puede ser la mejor manera de empezar a recuperar seguridad y confianza en tu cuerpo.
En Alameda Studio te orientamos desde el primer día:
Grupos reducidos de Pilates suelo: ideales si buscas un trabajo accesible, con una base sólida de control y respiración.
Clases con máquinas (Reformer, Cadillac, Chair…): perfectas para progresar con más precisión y adaptaciones personalizadas.
Sesiones privadas: si necesitas atención individual o un plan ajustado a tu situación particular.
En todas ellas seguimos progresiones claras, ajustadas a tu nivel y con la atención constante de nuestros instructores.
Puedes escribirnos fácilmente desde la sección de Contacto. Cuéntanos tu caso, tu disponibilidad y tus objetivos, y te ayudaremos a encontrar el grupo o modalidad que mejor encaje contigo.
Nuestro objetivo es sencillo: que vuelvas a moverte con confianza, disfrutes del proceso y sientas que cada sesión es un paso hacia un cuerpo más fuerte, estable y autónomo.
Nos encantará conocerte y acompañarte en el camino.
Fuentes y referencias
- Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD). Balance Disorders.
- National Institute on Aging (NIA). Falls and fall prevention in older adults.
- World Health Organization (WHO). Falls – Fact sheet.
- Campos-de-Oliveira L., Gonçalves de Oliveira R., Pires-Oliveira DA. “Effects of Pilates on muscle strength, postural balance and quality of life of older adults: a randomized controlled clinical trial.” Journal of Physical Therapy Science, 2015;27(3):871-876. DOI: 10.1589/jpts.27.871. Texto completo en PMC4395733.
Este contenido tiene fines informativos y divulgativos. No sustituye la valoración ni el tratamiento médico. Si experimentas vértigos frecuentes, caídas inesperadas, síntomas neurológicos o auditivos, consulta siempre con un profesional sanitario.